19/12/2019

La primera de sus dos

Quien escribe estaba a nada de terminar la Primaria cuando Cienciano se preparaba para afrontar la revancha ante River Plate. El cuadro cusqueño había sacado un resultadazo en el Monumental y aunque no podía ser local en el Cusco, Arequipa igual resultaba una buena plaza para asegurar el título de la Copa Sudamericana, esto por la poca costumbre que tienen los equipos argentinos a jugar a dicha altitud.

Para llegar a su segunda participación a nivel internacional, Cienciano tuvo que reponerse a un empate como local ante Cristal. El agónico 1-2 en el San Martín le abrió las puertas del torneo a los rojos. El primer rival en el torneo propiamente dicho fue Alianza Lima, al que dejó atrás con triunfos tanto en el Garcilaso como en Matute. El siguiente fue Universidad Católica, al que goleó en el Cusco y pese a la derrota en Santiago se aseguró el cupo a cuartos de final.

El rival de Cienciano en cuartos de final era Santos, que tenía el cartel de finalista de la Copa Libertadores y a un joven Robinho entre sus figuras. Parecía el final de la campaña de los rojos, pero le sacó un empate al cuadro santista en su propia casa y generaba tremenda expectativa de cara a la vuelta. Santos acusó la falta de aire y cayò: el 2-1 colocaba a Cienciano en semifinales. Quien escribe escuchó por primera vez la famosa canción del trío Do Re Mi en esos días, aunque la frase característica ya la había conocido en la campaña de la Libertadores 2002.


Cienciano lo logró: venció a River y se consagró campeón de la Sudamericana 2003 (Foto: El Bocón)

Para llegar a la final Cienciano consiguió otro resultadazo -el 1-2 ante Atlético Nacional- y le sumó otro triunfo en el Garcilaso. Luego llegó la hora de enfrentar a otro gigante y salió vivo como visitante: el 3-3 ante River Plate lo colocaba a tiro de hacer historia. Con un plantel en el que destacaban Oscar Ibáñez, Giuliano Portilla, Juan Carlos Bazalar, Julio García y Germán Carty -y con Freddy Ternero como técnico-, Cienciano estaba a punto de consagrarse ante un River que contaba, entre otros, con Marcelo Gallardo y Marcelo Salas.

Quien escribe no recuerda haber gritado el gol de Carlos Lugo, pero sí las imágenes que siguieron al final del encuentro, como la gente celebrando en las calles del Cusco. Al año siguiente Cienciano enfrentó a Boca Juniors en la Recopa y una vez más se quedó con el título: desde entonces las dos estrellitas sobre su escudo están bien puestas.