Hace dos años y un día -como dice la canción- se vivió una jornada de
locos. Se jugaba la última fecha de las Eliminatorias sudamericanas y el partido de Perú era el más importante para el país en mucho tiempo, tal y como lo
había sido el inmediatamente anterior -el 0-0 en La Bombonera-. Seis de las
diez selecciones de Conmebol se jugaban la vida y solo tres de ellas quedarían
con el cupo asegurado al Mundial una vez terminada la fecha.
Todo empezó con un gol del ya eliminado Ecuador, pero que a la vez
ponía los pelos de punta a toda la Argentina, pues con dicho resultado quedaba
fuera del Mundial. Sin embargo, apareció pronto el tan vapuleado Lionel Messi
para igualar la contienda y luego colocar en ventaja a la albiceleste a la par
que Uruguay se veía sorprendido ante Bolivia, pero que minutos después pudo
remontar. Quien escribe tenía el encargo de seguir los partidos en Quito y
Asunción -el Paraguay - Venezuela-, pero igual había expectativa por lo que sucedía en el Nacional de Lima.
El primer tiempo terminó y no hubo más movimientos en los marcadores:
Uruguay y Argentina estaban en zona de clasificación directa, la misma de la
que Chile desplazaba a Colombia solo por diferencia de goles y Perú quedaba
eliminado. Se inició el complemento en todos los escenarios y de pronto cayó el gol
de James Rodríguez. El que menos -como este escriba- pensaba lo peor hasta que Aldo Corzo metió la cabeza, Frank Fabra el pie -que impactó en la cabeza del lateral-, Paolo Guerrero el pie -para patear el tiro libre- y David Ospina la mano oportuna para que
se consumara el empate blanquirrojo. Si bien el 1-1 por sí solo no ayudaba a
Perú -que en el proceso había hecho mejores partidos que el que se describe aquí-, lo mejor -y más agradable para nosotros- llegaría después: Brasil ya
ganaba por 2-0, Chile buscaba reducir esa diferencia, se fue con arquero y todo
al área rival llegó la estocada, tan celebrada por estos lares como en el
Allianz Parque. La figura de 1997 se repetía pero al revés: el eliminado era
Chile y el que seguía adelante era Perú.
En los últimos minutos de la jornada llegó otro golpe: Yangel Herrera
adelantaba a Venezuela -otra eliminada- en el Defensores del Chaco. Con Uruguay
habiéndose olvidado de clasificar vía repechaje, la goleada de Brasil -que
aunque súper clasificado no dejó de jugar- que despedía a Chile, el empate en Lima que clasificó a
Colombia y Argentina clasificado gracias al hat trick de Messi, solo faltaba el
pitazo final en Asunción, el mismo que llegó cuando Paraguay también estaba
jugado en área rival. Una vez terminado aquel encuentro el quinto lugar para
Perú ya era un hecho, aunque en algún tramo de la Eliminatoria llegamos a estar
más arriba: solo quedaban los dos partidos con Nueva Zelanda para consumar un
sueño por el que tantos años había esperado el país y que finalmente se hizo
realidad.