Este domingo se jugaron cuatro de los clásicos más importantes de Europa. Las hinchadas acudieron en masa y fueron protagonistas: curiosamente, ninguna pudo celebrar un triunfo.
Todo empezó en el Camp Nou, con una nueva versión del Clásico. Real Madrid venció 1-2 a Barcelona y agudizó la crisis en tienda azulgrana. A la hinchada culé no le hizo gracia la derrota: terminado el partido, un grupo de hinchas se acercó al DT Ronald Koeman (en su auto) y no precisamente para saludarlo.
En Inglaterra, Liverpool goleó 0-5 a Manchester United y se afianzó entre los primeros de la Premier League. El cuadro de Mohamed Salah ganaba por cuatro goles al descanso y dejó a Cristiano Ronaldo y compañía llenos de impotencia, al punto que a 20 minutos del final cientos de hinchas locales ya habían dejado Old Trafford.
El Clásico de Italia terminó igualado. Cuando parecía que Inter se quedaba con los puntos, Juventus marcó el gol del empate. Como de costumbre en este tipo de encuentros, la hinchada interista armó un espectáculo antes y durante el cotejo.
La jornada "clásica" terminó en Francia. La hinchada de Olympique de Marsella se preparó para ganar Le Classique, para el que solamente se admitió público local. El tifo, los objetos arrojados al campo en cada córner visitante y hasta el espontáneo que se metió a abrazar a Lionel Messi fueron postales de un partido cuyo marcador nunca se abrió.